Tántalo, por maldición de los dioses, no podía alcanzar nunca el agua y las frutas que tenía cerca. El hombre que no es atento y amable con su mujer, la pierde, como si estuviera muerta, y ya nunca la logra, por más que llore.
Si él fuese galán y menos fastidioso, ella reviviría. [El Prado]
Una buena hembra al lado de biejo no la satisface, tiene deliquios, y es como el que tiene sed, está junto al agua y no puede gustarla [Biblioteca Nacional]
-Aguafuerte y aguatinta bruñida-
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