Primero dibujó Goya un libro normal y tituló la estampa «El Asno Literato». Luego, lo ilustró con pollinos y trazó, en la mesa, un escudo asnal: mofa de la obsesión por hallar abuelos ilustrísimos. Vaya mérito: todos serían burros.
A este pobre animal le volvieron loco los genealogistas y reyes de armas, no es él solo. [El Prado]
Los borricos preciados de nobles descienden de otros tales hasta el último abuelo. [Biblioteca Nacional]
-Aguatinta-
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