El pueblo creía en los pícaros duendes nocturnos, más bien simpáticos, con aire de frailucos. Tan falsos como las brujas y hechiceras, poblaban la mente de la gente sencilla. Así los vio el aragonés.
Esto ya es otra gente. Alegres, juguetones, serviciales, y un poco golosos amigos de pegar chascos, pero muy hombrecitos de bien. [El Prado]
Los verdaderos duendes de este mundo, son los curas y frailes que comen y beben a costa nuestra. La Iglesia o el clero tiene el diente afilado y la mano derecha monstruosa y larga para agarrar; el fraile descalzo, como más gazmoño, tapa el vaso de vino; pero el calzado no se anda con melindres; echa sopas de vino y trisca alegremente. [Biblioteca Nacional]
-Aguafuerte y aguatinta bruñida-
-Aguafuerte y aguatinta bruñida-
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